sábado, 9 de mayo de 2009

Amor y sexo

En primer lugar, hace falta desmitificar algunas creencias que hemos heredado sobre nuestra sexualidad.
La primera es que el sexo saludable, pleno, disfrutable, inconmensurable y no se cuántos “-ables” mas, y que tiene que venir por fuerza ligado al amor.
Es una idea interesante, falsa pero interesante.
Tanto ligamos el sexo al amor que hablamos de “hacer el amor” como si fuera sinónimo de encuentro sexual. Y la verdad es que no son sinónimos.

El sexo es una cosa y el amor es otra.

Si bien es cierto que pueden venir juntos, a veces no es así.
No necesariamente la sexualidad viene con el amor.
No necesariamente el amor conlleva sexualidad.
Así como alguna vez dije que el amor tenía que ver con el sentimiento puro y no hacía falta incluir el deseo sexual, digo en esta oportunidad que el sexo no necesita incluir al amor para ser verdadero.

Uno puede elegir incluirlo.
Uno puede decidir que ésta es su manera de vivir el sexo y el amor, y es una decisión personal. Pero no es una decisión genérica, válida para todos.
Amor y sexo son dos cosas tan independientes como un saco y un pantalón. Uno pude ponerse las dos cosas juntas, y si combinan, quizás hagan un traje, y puede ser lindo verlos juntos. Pero uno puede usar un jean con una camisa, un pantalón negro con una pollera verde, y esta combinación puede quedar bien o mal pero siguen siendo dos cosas diferentes.

Nota: Si bien es así son muchas las veces que vi confundir un termino con el otro. Ya termine el libro del cual cito el fragmento publicado. El camino del encuentro, y con este termine de leer los cuatro caminos: el del encuentro, el de las lagrimas, el de la felicidad y el de la autodependencia. Fue un tremendo placer disfrutar de su lectura y recomiendo leerlos. Para quién no lo sepa el autor es Jorge Bucay.

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