martes, 28 de agosto de 2007

Pesadillas

Entre noches serenas, oscuras y frías deambulan los demonios nocturnos. Se abren pasos sin limitación en su andar, indiferentes y enfermizos pasean por toda mente inconsciente para sembrar su gozo. Se alimentan de ello como el vampiro de la sangre, sus ojos grises y brillantes buscan las presas con un apetito descomunal. Hurgan en los sentimientos y miedos más profundos con total impunidad para recrearlos, como si de una cacería se tratase disfrutan ver correr a su presa quienes siempre al final terminan agotadas. Algunos escapan entre nervios y sudor, otros son presas sembradas de terror. Cuando te encuentren entre sueños tratas de escapar pero no hay control todo se transforma, lo impredecible se asienta en la cruel escena en donde uno es la victima. Corre, huye quizás no te atrapen. Un terror similar que al huir y con los ojos abiertos los veas al despertar.


Nota: Este post fue inspirado de mis pesadillas en Escobar, ¿la vida es como una rueda? ¿el pasado vuelve? Hacía mucho tiempo que no tenía pesadillas además no la recuerdo bien pero me quedo la sensación de espanto al ser tan reales e impredecibles. La que recuerdo es estando en el mismo lugar, la escena era allá y en el patio delantero seres hurgando el lugar muy rápidos, silenciosos y difíciles de ubicar lo raro es que al despertar esa misma noche me quedo la sensación remanente de que había algo afuera en ese mismo lugar. Me siento muy solo allá, nadie en quién apoyarme y confiar. Será así, solo con fuego en el pecho y odio en las venas.