Cuando leí la nota me gusto tanto que tenía que formar parte de mi blog, aquí un fragmento de una nota y algunos fragmentos de las repercusiones sobre su nuevo libro.
Es que en Caín, el
Nobel parte del famoso
fraticidio para postular que Dios -su personaje se escribe "dios", con minúscula, igual que todos los nombres de la novela- es responsable de esa muerte, por haber despreciado
injustamente el sacrificio de Caín ("caín"). Y que además es sanguinario, caprichoso, sádico. Véase la descripción de Dios que hace apenas caín acaba de matar a un jactancioso -y burlón-
abel: "Fue en ese momento exacto, es decir, retrasada en relación a los acontecimientos, cuando la voz del señor sonó, y no sólo sonó la voz, sino que apareció en persona. Tanto tiempo sin dar noticias, y ahora aquí está, vestido como cuando expulsó del jardín del edén a los infelices padres de estos dos." Y es caín
quien reclama: "(...) el primer culpable eres tú, yo habría dado mi vida por su vida si tú no hubieses destruido la mía".
Tras el asesinato, como en la Biblia, dios condena a caín a vagar por el mundo pero lo protege de ser asesinado.
Saramago lo pone, además, a viajar en el tiempo. Así, el caín del portugués será parte de algunos de los grandes episodios de la Biblia, como la destrucción de
Sodoma, el (abortado) sacrificio de Isaac o el diluvio universal.
En fin que el libro no fue todo.
Saramago presentó la novela en
Penafiel, una ciudad del norte de Portugal, y allí declaró que la Biblia "es un manual de malas costumbres", que está lleno de escenas de violencia, incesto y horrores y que debería estar
cuidadosamente escondido de las manos de los niños".
Pequeña entrevista:¿Por qué elegir a Caín como el testigo de la historia humana? ¿Qué aporta su mirada?No es tan complicado. Caín no podría nunca ser testigo de la historia humana porque no la vivió. Mi intención ha sido denunciar el absurdo de la "existencia" de un dios que los hombres han inventado y a quien inmediatamente se han esclavizado. Siendo los hombres lo que son, el ese dios sólo podía ser lo que es: cruel, rencoroso, en suma, malo.¿Por qué era necesario mostrar la maldad de un Dios en cuya existencia usted no cree?Que yo crea o no es indiferente. Dios, para mí, es un tema importante por el espacio que ocupa en la mente de la humanidad. Imagino que nunca nos liberaremos de esa presencia nefasta, pero no cesaré de decir lo que pienso por mucho que le duela a la Iglesia y a sus hombres.
¿Espera convencer a los creyentes de algo o piensa que a los creyentes no les importa o los tranquiliza saber que su Dios es feroz?No espero convencer a nadie y mucho menos a un creyente. Sus razones, para llamarlas así, no son las mías. Vivimos en universos distintos. A mí me bastará introducir algún desasosiego en la cabeza de mis lectores, creyentes o no.En su novela, Caín triunfa sobre Dios. ¿Es un final feliz? ¿Es una victoria de la humanidad? ¿O es una victoria pírrica, que termina con la desaparición de la humanidad?Con Caín no habrá otra humanidad. Si se trata de una victoria pírrica o no, no es cosa mía. En realidad, pienso que no nos merecemos la vida.Usted dice: "Ya en ese tiempo los judíos hablaban mucho y tal vez demasiado". ¿Considera que a través de la historia los judíos deberían haber hablado menos?Hablaron lo quisieron o lo que pudieron. Pero tengo la idea, quizá equivocada, de que a los judíos les encanta hablar por hablar.También dice que "como siempre ha sucedido, a la mínima derrota los judíos pierden la voluntad de luchar". ¿Puede decirse eso de un pueblo que sobrevive desde hace milenios?Sí, pero sin luchar, salvo contadas excepciones. El victimismo es el himno nacional judío. Véase lo que dice Josué a Dios cuando perdió treinta y seis hombres. Está en la Biblia, no lo inventé yo.Fuente: "Siendo los hombres lo que son, dios sólo podía ser malo" Las repercusiones de Caín, la última novela de SaramagoSaramago: "Seríamos mejores sin la Biblia" (Otra entrevista)