Quien sube un escalón quiere subir otro. Es aquel concepto del teórico italiano Norberto Bobbio, el "mínimo civilizatorio", lo que se pone en juego, aquel reclamo que hacen los ciudadanos a las instituciones bajo el imperio de sus necesidades, que, naturalmente, van cambiando. Y están las secretas aspiraciones que siempre impone el deseo ante lo que nos falta. Por ejemplo, el dinero. Por ejemplo, la ilusión.
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