El clima estuvo templado aunque dentro del hospital era caluroso. Otra vez volví a ver a Sebastián (un paciente de Mariela) esta vez recostado (tomando sol) en la entrada. Realmente no tenía ganas de ir pero mientras hablo con Mariela siento que vale la pena. Porque uno habla con alguien que sabe lo que escucha, no como el párroco que me pareció un cara dura. Hablamos bastante y note que todavía estaba enferma, tenía mucosidad y un poco de flemas.
Nota: Tengo la suerte de toparme con buena gente.
Nota: Tengo la suerte de toparme con buena gente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario