"El éxito y el fracaso dependen de la sabiduría y la inteligencia, que nunca puede funcionar apropiadamente bajo la influencia de la ira", dijo el Dalai Lama.
Estamos viviendo una experiencia humana, es muy natural cometer errores por ignorancia, los fracasos no son fracasos realmente sino que nos dan la oportunidad de observar la experiencia vivida e ir hacia lo que queremos con mayor sabiduría.
Fracaso no significa que no hemos logrado nada; significa que hemos aprendido algo, no significa falta de capacidad, significa que debemos hacer las cosas de manera diferente, no significa que debemos echarnos atrás; significa que debemos luchar con mayor ahínco, no significa que Dios nos ha abandonado; significa que Dios tiene una idea mejor.
"Confía en tu ser, pídete lo que necesites pero no le indiques ni discutas como te lo conceda. Porque él, ve toda tu existencia y sabe perfectamente qué y cómo es lo que te conviene en este momento", dijo el Sai Baba.
Cuando confiamos en esa conexión que existe con la divinidad que todo lo abarca, comenzamos a ver cómo los caminos están perfectamente sincronizados y que las casualidades jamás existieron. El yo superior está en la cima de la montaña, él ve todo el panorama ahí arriba y guía al yo inferior que esta en el bosque sin ver claramente dónde está la salida, si se resiste a ser guiado y a tomar el mismo las riendas del asunto, puede que termine extraviado e incluso que dé tantas vueltas que jamás llegue a salir de ahí.
En cambio el yo superior que está en la cima, ve claramente la salida y espera a que su otra parte, sea receptivo a la guía.
Confiemos en que el plan divino muchas veces es mejor que lo que nuestra mente física pretende vivir.
Fuente: Un Camino De Luz, columna de Claudio María Domínguez del diario MUY del día Martes 15/07/14.
Estamos viviendo una experiencia humana, es muy natural cometer errores por ignorancia, los fracasos no son fracasos realmente sino que nos dan la oportunidad de observar la experiencia vivida e ir hacia lo que queremos con mayor sabiduría.
Fracaso no significa que no hemos logrado nada; significa que hemos aprendido algo, no significa falta de capacidad, significa que debemos hacer las cosas de manera diferente, no significa que debemos echarnos atrás; significa que debemos luchar con mayor ahínco, no significa que Dios nos ha abandonado; significa que Dios tiene una idea mejor.
"Confía en tu ser, pídete lo que necesites pero no le indiques ni discutas como te lo conceda. Porque él, ve toda tu existencia y sabe perfectamente qué y cómo es lo que te conviene en este momento", dijo el Sai Baba.
Cuando confiamos en esa conexión que existe con la divinidad que todo lo abarca, comenzamos a ver cómo los caminos están perfectamente sincronizados y que las casualidades jamás existieron. El yo superior está en la cima de la montaña, él ve todo el panorama ahí arriba y guía al yo inferior que esta en el bosque sin ver claramente dónde está la salida, si se resiste a ser guiado y a tomar el mismo las riendas del asunto, puede que termine extraviado e incluso que dé tantas vueltas que jamás llegue a salir de ahí.
En cambio el yo superior que está en la cima, ve claramente la salida y espera a que su otra parte, sea receptivo a la guía.
Confiemos en que el plan divino muchas veces es mejor que lo que nuestra mente física pretende vivir.
Fuente: Un Camino De Luz, columna de Claudio María Domínguez del diario MUY del día Martes 15/07/14.
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