El doctor en Biología Molecular Estanislao Bachrach conoce como pocos cómo funciona el cerebro y sabe las mil y un formas para ser más creativos. Este científico, que fue durante cinco años docente e investigador en la Universidad de Harvard, es un convencido de que tener buenas ideas puede hacer feliz a una persona y terminar con la monotonía de una vida rutinaria.
Acaba de editar Agilmente (Ed. Sudamericana), uno de los libros más vendidos de las últimas semanas, que desarrolla estas ideas y hasta propone ejercicios para despertar el cerebro. "El 95% de nuestros pensamientos de hoy son iguales a los de ayer y a los de mañana. Cuando uno empieza a pensar distinto y a tener nuevos pensamientos, lo que hace es empezar a conocerse más", dice. Pero aclara que esto no sucede por obra y gracia de Dios. "Hay que trabajar, ejercitar como si el cerebro fuera un músculo".
Algunas preguntas
-¿Cuáles son los tres cerebros que tenemos? ¿Por qué, tres?
-Es muy fácil: según la teoría de la evolución primero están los reptiles, mucho tiempo después se convierten en aves o mamíferos, que terminan en el hombre. A medida que evolucionan los animales los cerebros van evolucionando también: el de reptil no es que desaparece y aparece uno nuevo, sino que ese se vuelve más grande, con más neuronas y así hasta el mono y luego el homo sapiens. Entonces, nosotros seguimos teniendo el cerebro de reptil adentro.
Tenemos un cerebro muy antiguo, de 500 millones de años, que es el reptiliano, que se ocupa de las funciones de nuestro instinto: que lata el corazón, que los órganos tengan movimientos involuntarios, que respiremos, etc. El cerebro un poco más arriba es el límbico o mamífero, que tiene 200 millones de años, y está relacionado con las emociones, es el que toma decisiones. Arriba viene el córtex, que es el cerebro que nos hace humanos, tiene que ver con la razón, el lenguaje, la lógica. Pero es un cerebro que no toma muchas decisiones porque tiene capacidad de decidir cuando tiene tiempo, cuando puede comparar, pero en el día a día uno toma un montón de decisiones y no se las pone a pensar demasiado, lo hace. Eso es emocional porque en neurociencia hablamos de emociones cuando son inconscientes, cuando no te das cuenta que estás tomando ciertas decisiones.
-¿Cuáles son las diferencias cerebrales entre el hombre y la mujer?
-Vienen dadas por la evolución del hombre. Al principio, cuando el hombre se hizo hombre, que fue cuando apareció el córtex, había dos grandes tareas en el día a día. Para el hombre, cazar y volver. El no necesitaba comunicar mucho, ni ser empático, ni entender al otro. Trataba de cazar y de huir ante amenazas. La mujer, que se quedaba en el refugio con sus hijos y con otras mujeres que esperaban a sus hombres, tenía actividades mucho más complejas. Primero, entender a sus hijos: por qué llora, si tiene hambre, dolor. No había lenguaje. La mujer que mejor desarrollaba la empatía era la que más hijos podía dejar de descendencia. Después está el famoso multitasking de las mujeres. Ellas además de cuidar a sus hijos tenían que cuidar si venía un leopardo, tenían que recolectar frutos, darse cuenta de si eran venenosos o no, se cuidaban entre ellas, tenían que detectar si una mujer estaba mintiendo, etc. Entonces, tenían más tareas que el hombre.
-¿Cómo se traduce eso en el cerebro?
-En las mujeres hay mayores áreas de comunicación (14/15 versus 4/6); mayor capacidad de comunicación entre hemisferios derecho e izquierdo: ahí hay un cable de comunicación y el de las mujeres es mucho más ancho que el del hombre, entonces todo lo que tenga que ver con lo intuitivo, empático, emocional, creativo la mujer rápidamente le puede poner palabras y ejecutar. En el hombre están más desconectadas esas áreas. Por eso decimos, en el lenguaje de la calle, que las mujeres tienen un sexto sentido.
-¿Por qué en el libro se menciona que cuando el cerebro está enamorado es similar a cuando está enfermo o bajo los efectos de la cocaína?
-Hablamos del estado de enamoramiento, cuando sólo se pone foco en eso y se deja lo demás de lado. Es netamente fisiológico: si analizo un cerebro en estado de enamoramiento es muy parecido a uno que está bajo los efectos de la cocaína, súper excitado. Por eso uno no puede estar en ese estado toda la vida, porque estarías jodidísimo. Eso que dura una semana, un mes, un par de meses para la creatividad no sirve. Sí, para el período que viene después. Ahí cuando hablamos de la tranquilidad del amor, de estar bien en pareja.
-¿En ese sentido es que se plantea al enamoramiento como una adicción?
-Son estados de mucho placer que uno quiere seguir teniendo. A veces cuando el amor de pareja se apaga decís: 'quiero más, quiero volver a tener eso'. En experimentos con resonancia magnética nuclear uno ve qué parte del cerebro se enciende cuando la persona está enamorada -por ejemplo, se le muestran fotos del novio o novia- y son partes del cerebro relacionadas con las adicciones. Claramente tiene algo de adictivo porque se enciende lo mismo que en los adictos, sólo que en distintas cantidades. Esto es absolutamente anatómico: esta persona está enamorada, esta es adicta. Las fotos son parecidas.
Quién es Bachrach
Estanislao Bachrach es doctor en Biología Molecular por la UBA; realizó su tesis doctoral en la Universidad de Montpellier en Francia. Además, posee una Maestría en Dirección de Empresas de la Universidad Torcuato Di Tella, donde hoy se desempeña como profesor de Liderazgo e Innovación. Enseñó e investigó durante cinco años en la Universidad de Harvard. Se desempeña también como consultor de diferentes organizaciones nacionales e internacionales en temas de creatividad e innovación. Jueves por medio se lo puede escuchar por Radio Metro en el programa Perros de la calle, con una columna propia sobre neurociencia. Agilmente (Ed. Sudamericana) es su primer libro.
Fuente:http://www.lanacion.com.ar/1518374-bachrach-el-cerebro-en-estado-de-enamoramiento-es-parecido-al-que-esta-bajo-los-efectos-de-la-cocaina
Acaba de editar Agilmente (Ed. Sudamericana), uno de los libros más vendidos de las últimas semanas, que desarrolla estas ideas y hasta propone ejercicios para despertar el cerebro. "El 95% de nuestros pensamientos de hoy son iguales a los de ayer y a los de mañana. Cuando uno empieza a pensar distinto y a tener nuevos pensamientos, lo que hace es empezar a conocerse más", dice. Pero aclara que esto no sucede por obra y gracia de Dios. "Hay que trabajar, ejercitar como si el cerebro fuera un músculo".
Algunas preguntas
-¿Cuáles son los tres cerebros que tenemos? ¿Por qué, tres?
-Es muy fácil: según la teoría de la evolución primero están los reptiles, mucho tiempo después se convierten en aves o mamíferos, que terminan en el hombre. A medida que evolucionan los animales los cerebros van evolucionando también: el de reptil no es que desaparece y aparece uno nuevo, sino que ese se vuelve más grande, con más neuronas y así hasta el mono y luego el homo sapiens. Entonces, nosotros seguimos teniendo el cerebro de reptil adentro.
Tenemos un cerebro muy antiguo, de 500 millones de años, que es el reptiliano, que se ocupa de las funciones de nuestro instinto: que lata el corazón, que los órganos tengan movimientos involuntarios, que respiremos, etc. El cerebro un poco más arriba es el límbico o mamífero, que tiene 200 millones de años, y está relacionado con las emociones, es el que toma decisiones. Arriba viene el córtex, que es el cerebro que nos hace humanos, tiene que ver con la razón, el lenguaje, la lógica. Pero es un cerebro que no toma muchas decisiones porque tiene capacidad de decidir cuando tiene tiempo, cuando puede comparar, pero en el día a día uno toma un montón de decisiones y no se las pone a pensar demasiado, lo hace. Eso es emocional porque en neurociencia hablamos de emociones cuando son inconscientes, cuando no te das cuenta que estás tomando ciertas decisiones.
-¿Cuáles son las diferencias cerebrales entre el hombre y la mujer?
-Vienen dadas por la evolución del hombre. Al principio, cuando el hombre se hizo hombre, que fue cuando apareció el córtex, había dos grandes tareas en el día a día. Para el hombre, cazar y volver. El no necesitaba comunicar mucho, ni ser empático, ni entender al otro. Trataba de cazar y de huir ante amenazas. La mujer, que se quedaba en el refugio con sus hijos y con otras mujeres que esperaban a sus hombres, tenía actividades mucho más complejas. Primero, entender a sus hijos: por qué llora, si tiene hambre, dolor. No había lenguaje. La mujer que mejor desarrollaba la empatía era la que más hijos podía dejar de descendencia. Después está el famoso multitasking de las mujeres. Ellas además de cuidar a sus hijos tenían que cuidar si venía un leopardo, tenían que recolectar frutos, darse cuenta de si eran venenosos o no, se cuidaban entre ellas, tenían que detectar si una mujer estaba mintiendo, etc. Entonces, tenían más tareas que el hombre.
-¿Cómo se traduce eso en el cerebro?
-En las mujeres hay mayores áreas de comunicación (14/15 versus 4/6); mayor capacidad de comunicación entre hemisferios derecho e izquierdo: ahí hay un cable de comunicación y el de las mujeres es mucho más ancho que el del hombre, entonces todo lo que tenga que ver con lo intuitivo, empático, emocional, creativo la mujer rápidamente le puede poner palabras y ejecutar. En el hombre están más desconectadas esas áreas. Por eso decimos, en el lenguaje de la calle, que las mujeres tienen un sexto sentido.
-¿Por qué en el libro se menciona que cuando el cerebro está enamorado es similar a cuando está enfermo o bajo los efectos de la cocaína?
-Hablamos del estado de enamoramiento, cuando sólo se pone foco en eso y se deja lo demás de lado. Es netamente fisiológico: si analizo un cerebro en estado de enamoramiento es muy parecido a uno que está bajo los efectos de la cocaína, súper excitado. Por eso uno no puede estar en ese estado toda la vida, porque estarías jodidísimo. Eso que dura una semana, un mes, un par de meses para la creatividad no sirve. Sí, para el período que viene después. Ahí cuando hablamos de la tranquilidad del amor, de estar bien en pareja.
-¿En ese sentido es que se plantea al enamoramiento como una adicción?
-Son estados de mucho placer que uno quiere seguir teniendo. A veces cuando el amor de pareja se apaga decís: 'quiero más, quiero volver a tener eso'. En experimentos con resonancia magnética nuclear uno ve qué parte del cerebro se enciende cuando la persona está enamorada -por ejemplo, se le muestran fotos del novio o novia- y son partes del cerebro relacionadas con las adicciones. Claramente tiene algo de adictivo porque se enciende lo mismo que en los adictos, sólo que en distintas cantidades. Esto es absolutamente anatómico: esta persona está enamorada, esta es adicta. Las fotos son parecidas.
Quién es Bachrach
Estanislao Bachrach es doctor en Biología Molecular por la UBA; realizó su tesis doctoral en la Universidad de Montpellier en Francia. Además, posee una Maestría en Dirección de Empresas de la Universidad Torcuato Di Tella, donde hoy se desempeña como profesor de Liderazgo e Innovación. Enseñó e investigó durante cinco años en la Universidad de Harvard. Se desempeña también como consultor de diferentes organizaciones nacionales e internacionales en temas de creatividad e innovación. Jueves por medio se lo puede escuchar por Radio Metro en el programa Perros de la calle, con una columna propia sobre neurociencia. Agilmente (Ed. Sudamericana) es su primer libro.
Fuente:http://www.lanacion.com.ar/1518374-bachrach-el-cerebro-en-estado-de-enamoramiento-es-parecido-al-que-esta-bajo-los-efectos-de-la-cocaina
No hay comentarios.:
Publicar un comentario