
Sé que estoy bien y que mi suerte podría ser otra. Lo sentí agudamente cuando en el neuropsiquiátrico vi a una persona en particular, él estaba sentado en el suelo casi pasaba desapercibido (no soy muy observador) hasta que llegó su turno. En la sala de espera había unas siete u ocho personas más y uno era un niño. La persona en cuestión tenía un cuerpo grande, trato de levantarse y al intentarlo se noto que tenía el pantalón descocido en la zona genital y para colmo no llevaba ropa interior dejando expuesto a la vista sus genitales en ese momento siguió tratando de levantarse aunque torpemente hasta que cayó sentado. Claramente necesitaba ayuda, lo vi como a un ser indefenso y torpe, al ver que todos solo miraban sus miserias sin hacer nada pienso en ayudarlo a levantarse. Voy y lo agarro del brazo (mi viejo lo agarra del otro) y noto que su ropa estaba impregnada de suciedad y sudor de varias semanas (era verano) pero no me dio asco tampoco lástima luego lo acompañe hasta el pasillo. El trayecto que hizo caminando lo hizo como si estuviera drogado o ebrio, se tambaleaba hacia un lado y hacia el otro haciendo equilibrio como podía.
Me di cuenta que ese podría haber sido yo, mentalmente cambié los roles y note la suerte que me acompaña. Él realmente estaba mal y en cambio yo no valoraba nada de lo que tenía, le restaba valor ó no le daba importancia. Muchas veces siento que tengo más de lo que merezco, la vida es generosa conmigo.
2 comentarios:
gracias bombon!
un beso
Hola Lady, de nada corazón voy a seguir pasando.
Un besote
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