Llegó el día, por suerte me atendieron unos 10 minutos después del horario del turno ya había mucha gente. Me salve de la anestesia que son unos pinchazos horribles en la boca. Pero no de una herramienta que no sé el nombre que hace un ruido y olor terrorífico, fueron cerca de cinco minutos intensos pero al final hay recompensa. El nervio ya no está así que no voy a sentir nunca más el dolor en esa zona. Voy a tener que cuidar mucho ese diente ya que fue una reparación grande así que cuidado con lo duro.
Nota: por lo menos se salvó el diente, tuve que gastar una fortuna.